Prélest
Enseñanza Ortodoxa acerca de la
“Ilusión Espiritual”
Terminología
Prélest (прелесть) es un
término ruso que significa: encantamiento,
seducción; que en griego se conoce
como πλάνη (pláni), cual también se traduce como ilusión espiritual, decepción
espiritual, ilusión, engaño, y de acuerdo a los Santos Padres
de la Iglesia
Ortodoxa , se trata de un estado espiritual falaz, una
enfermedad espiritual, “una herida en la naturaleza humana producida por el
engaño” (San Ignacio Brianchaninov)[1].
El concepto de prélest no debe ser
confundido con enfermedades mentales psicosomáticas de ningún tipo; el prélest es más bien una enfermedad
espiritual[2], una
enfermedad del alma en cuanto a su relación con Dios, una enfermedad originada
en la vanagloria, el orgullo y la sugestión/opresión demoníaca, la cual se cura
con humildad y los Santos Sacramentos.
Autores que han
Escrito Acerca del Prélest
Diferentes tipos de
prélest son descriptos por varios
Santos Padres, incluidos los Padres de la Filocalia (San Gregorio el Sinaíta, San Máximo el
Confesor, San Simeón Metafraste, San Simeón el Nuevo Teólogo y otros). Para un
lector moderno, este tema está particular y claramente bien descripto en los
escritos de San Ignacio (Brianchaninov), en los que mantuvo inexorablemente la
tradición de los Santos Padres. También, algunos ascetas modernos escribieron
acerca del prélest, incluyendo a los
ancianos José el Hesicasta[3],
Paísios de la Santa
Montaña [4],
Daniel Katounakiotis[5] y
otros. En la espiritualidad y el ascetismo ortodoxos, el concepto de prélest es muy importante. Éste es uno
de los principales peligros para un cristiano (especialmente para un monje) al
comenzar a rezar la Oración
de Jesús [6].
Acerca del
Prélest frecuente
y el Prélest propiamente dicho
Según San Ignacio
Brianchaninov, "la decepción espiritual es el estado de todos los hombres
sin excepción, esto ha sido posible por causa de la caída de nuestros primeros
padres. Todos estamos sujetos a la decepción espiritual. El conocimiento de
este hecho es la mayor protección contra ella. Del mismo modo, la mayor de
todas las decepciones espirituales es considerarse a uno mismo libre de ellas[1]”.
El Arzobispo
Teófano de Poltava comenta brevemente esta afirmación de San Ignacio, haciendo
una clasificación entre "prélest
general" y prélest en el “propio sentido” de la palabra. Y en
base a todo lo anterior, da la siguiente definición: El prélest frecuente es
olvidarse y no percatarse de la propia pecaminosidad. Lo que llamamos prélest propiamente dicho es atribuirse a si mismo la rectitud cuando ésta
no existe realmente. Si un hombre piensa que es recto, entonces su rectitud no
es divina, sino diabólica, extraña a la Gracia de Dios y a la humildad. Debería evocarse
el famoso dicho de Abba Pimen el Grande: 'Prefiero al hombre que peca y se
arrepiente, que aquel que no peca y no se arrepiente. El primero tiene
pensamientos buenos porque admite que es pecador; pero el segundo posee
pensamientos falsos y autodestructivos porque imagina ser recto' (Obispo
Ignacio, Patericón, 75)" [7].
Acerca del Prélest
en el Nuevo Testamento
En el pasaje acerca
de las tentaciones en el desierto, el diablo intenta engañar a Nuestro Señor
Jesucristo (San Mateo 4:1–11).
En el Sermón de la Montaña , Nuestro Señor
Jesucristo habla acerca de los falsos milagros (San Mateo 7:21–23).
También Nuestro
Señor habla acerca del prélest y de
los falsos profetas (san Mateo 24: 4–5, 11).
En Hechos 16:16–18,
el Apóstol san Pablo expulsa al demonio de la falsa profecía.
En 1ª Juan 4:1, el
Apóstol San Juan escribe acerca de los falsos profetas y la confianza en los
espíritus.
En 2ª Corintios 11:13-15,
el Apóstol San Pablo escribe acerca de las falsas visiones.
En 1ª Timoteo 2:14,
el Apóstol San Pablo menciona la decepción de Adán y Eva.
En 1ª Timoteo 6:20,
el Apóstol San Pablo aconseja evitar el encantamiento, “las antítesis (oposiciones,
contradicciones) de lo que falsamente se llama ciencia”.
Clases de Prélest
San Ignacio Brianchaninov
nota que hay dos tipos distintos de prélest:
1. El auto-engreimiento (orgullo, arrogancia),
cuando la persona atribuye a sí misma una dignidad ante Dios la cual no tiene.
2. La imaginación, cuando la persona imagina
dentro o fuera de sí, algo que no existe. Este tipo de encantamiento incluye la
falsa manera de orar (imaginando el Cielo, a Nuestro Señor Jesucristo, a los
ángeles, a los santos) y visiones reales de lo mismo, originadas por los
demonios.
San Ignatius dice
que el primer caso es el prélest,
producto de la mala acción de la mente, y el segundo - de la acción mala del
corazón.
Prélest e insania
Según San Ignacio Brianchaninov,
San Gregorio el Sinaíta[8],
San Simeón el Nuevo Teólogo[9],
el anciano gran esquema [máxima tonsura monástica] Juan (Alexéyev), abad de
Valaám[10], y otros
ascetas, el primer tipo de prélest, muy
frecuentemente conduce a la insania. Mientras que el segundo tipo, aunque, a
veces no lleve a una enfermedad mental, la persona no podrá alcanzar la
salvación por hallarse en estado de uno de los siete pecados mortales, el
orgullo. San Ignacio escribe al respecto: "Este tipo de prélest - es terrible: es igualmente
fatal para el alma como el primero, pero es menos evidente, pues rara vez
termina en insania o suicidio, pero definitivamente corrompe la mente y el
corazón. [11]
Visiones falsas
De acuerdo a los
Santos Padres, las visiones falsas están asociadas con el orgullo. San Ignacio Brianchaninov
dice que aquella gente que quiere ver visiones y cuya mente no es renovada ni
recreada por el Espíritu Santo, está llena de orgullo[11]. eso significa que, tal como escribe San Ignacio,
existe una conexión entre el prélest
de primer y segundo tipo. El Archimandrita Serafín (Alexiév) dice: “En donde
hay orgullo y al mismo tiempo una visión, ésta no puede provenir de Dios, mas
seguramente viene del maligno[12]”.
El anciano rumano
Cleopa (Ilie) especifica 7 maneras de caer en el encantamiento o falsas
visiones y sueños[13]:
1. Orgullo
2. Vanagloria
3. Mentalidad débil
e inexperta
4. Celo imprudente
5. Desobediencia
6. Seguir la propia
voluntad y el encubrimiento de pensamientos durante la confesión
7. Desconocimiento
de sí mismo y de las Divinas Escrituras.
Si la persona que tuvo
una visión es humilde, la rechaza, tal como también escribió el Anciano Cleopa
en su libro “Sobre los sueños y las visiones”, cual provee varios ejemplos de
diferentes santos del Patericón.
El Anciano José el
Hesicasta dice que las visiones verdaderas siempre están precedidas o seguidas
por un sufrimiento y penas muy intensos, y son dadas por Dios sólo como
consolación[14]. Incluso
si la visión es verdadera, es muy difícil resistir la lucha contra los
pensamientos y no enorgullecerse del hecho de la visión. “¿Qué pasa después de
esto? Una persona se convierte en la burla de los demonios, que lo engañan con
escritos y visiones, con sueños y revelaciones, con símbolos y números, con
oráculos y un montón de supersticiones[3]”.
El Anciano Paísios de la
Santa Montaña cuenta la historia de una mujer que tuvo una
visión verdadera. Entonces el diablo la sugestionó con el pensamiento de que
era una elegida por Dios y ella lo creyó. Entonces los demonios comenzaron a
atormentarla con diferentes visiones y revelaciones. Finalmente tuvo otra
visión verdadera, y fue aconsejada a escribir al Anciano Paísios, a fin de que
él pudiera ayudarla[4].
Entonces el Anciano Paísios dijo que de todas las visiones que tuvo la mujer,
sólo dos provenían de Dios.
Tanto las visiones
falsas, como cualquier acción demoníaca pueden ser muy perjudiciales para el
alma. Daniel Katounakiotis escribe en una carta acerca de un hierodiácono
de nombre Ieroteo que tenía muchas visiones. Aunque él confesó todo, ninguno de
los confesores comprendió que se trataba de una ilusión. Entonces, el Anciano
Sava le aconsejó darse cuenta de la verdad. Cuando la ilusión fue revelada, y cuando las
visiones cesaron, luego de repetidos exorcismos, la lesión en el alma de
Ieroteo continuo siendo muy grave, y tiempo después, rompió todos sus votos
monásticos[5]
Auto-Engreimiento
San Ignacio
(Brianchaninov) escribe que es bastante común encontrar "personas
infectadas con el prélest del “auto-engreimiento”. Toda persona que no
tenga un espíritu contrito, que reconoce sus propios méritos y logros, toda
persona que no abrace firmemente la enseñanza de la Iglesia Ortodoxa ,
pero debata arbitrariamente sobre algún dogma o tradición, a su discreción, o
de acuerdo con enseñanzas heterodoxas, se encuentra en esta clase de prélest. El grado de desviación y la
persistencia en la desviación determina el grado de prélest".[11]
San Ignacio también cita a San Macario el Grande, quien dijo: "ya que no
existe persona completamente libre de orgullo: no existe persona que no pueda
estar completamente libre de la acción en ella, de un engaño sutil, denominado "engreimiento”.
Existe un ejemplo
en donde el "engreimiento" también puede conducir a una enfermedad
mental. El Hieromártir Obispo Arsenio (Zhadanovsky), en su "Diario
Espiritual", escribe acerca de una mujer que yacía bajo este tipo de
engaño. Quería tomar la
Comunión todos los días. Cuando se le prohibió hacerlo, ella
misma comenzó a servir a la
Divina Liturgia en su casa. "Su caso, no obstante,
terminó tristemente. Ella se volvió loca y está en un manicomio". [15]
Dones Falsos
A veces los
demonios pueden “ayudar”[16] a
una persona que sufre de encantamiento. Esta “ayuda” puede incluir ya sea
consejos sobre ciertas cosas, aun teológicas y muy complicadas, o puede tomar
la forma de falsos dones espirituales: falsa habilidad de curar[17], falsa clarividencia[18], falso don de profecía[8], falsa oración incesante[19], falso poder sobre los
demonios[17], falsa
lectura de pensamientos[20],
falso desapasionamiento o apatheia [21], etc. Léase aquí al
término “falso” como “no divino”. Una persona inexperta, no conociendo lo
suficiente sobre los dones divinos, puede aceptar fácilmente tales dones falsos
como si fueran divinos. Usualmente, tales falsos dones o “ayudas” son enviadas
a una persona ya engreída, i. e. estando en un prélest del primer tipo[22].
El Metropolitano Antonio de Sourozh rememora que cuando era joven tenía la
habilidad de leer los pensamientos de otras personas. Una vez le pidió a Dios:
“Si este don no es de Ti, disípalo”. Y esta habilidad inmediatamente
desapareció[20]. Es muy
difícil para una persona engreída declinar de tales dones, considerarse indigno
de recibirlos y pedirle a Dios que se los quite. Si estos falsos dones son
aceptados por una persona engañada, esto puede conducirlo a la posesión
demoníaca o al suicidio[23]
Confianza en los Sueños
Un tipo más
peligroso de prélest es la confianza
en los sueños. Los Santos Padres dicen que nunca deberíamos prestarles atención
porque pueden tener su origen en los demonios[24]. San Juan Clímaco dice: “Los diablos de la
vanagloria hacen sus profecías en los sueños. Ellos adivinan el futuro, y como
parte de su engaño, nos informan de ello para que estemos atónitos al descubrir
que nuestras visiones se concretan. Por cierto, nos dejamos llevar por la
noción de que ya estamos cerca del don de clarividencia”[25]. En el libro de la Sabiduría de Sirac (N. del T.: Eclesiástico según la Vulgata Latina ) se lee: “Las
esperanzas de un hombre falto de entendimiento son vanas y falsas: y los sueños
dan alas a los necios. Quienquiera que considere los sueños es como el que
arrebata a la sombra y sigue detrás del viento” (Sabiduría de Sirac, 34:1-2).
“Porque los sueños han engañado a muchos, y aquellos han fallado en poner su
confianza en ellos” (Sabiduría de Sirac 34:7). Si la persona comienza a poner
atención en los sueños, al buscar señales sobre el futuro en ellos, los
demonios pueden incrementar rápidamente su confianza en los sueños a tal punto
que la conduzca al suicidio o la lleve a herejía[26] u otros pecados mortales.
Pasión por la Enseñanza
La pasión por la enseñanza no autorizada se vuelve un
tipo de prélest cuando el deseo de la
enseñanza está basado en la pasión del orgullo más que en el deseo de compartir
alguna información con otros. Hablando acerca de la vanagloria, San Juan
Clímaco dice: “Ignóralo cuando te habla de que aceptes el oficio de obispo,
abad o maestro. Es difícil apartar a un perro del mostrador de una carnicería[27]. El maestro engreído,
frecuentemente, no se da cuenta de que causa estragos a sus estudiantes porque
ellos no entienden, entienden incorrectamente o incluso no pueden entender nada
sobre algunas cuestiones, pero el maestro no cesa su enseñanza. Nuestro Señor
Jesucristo advierte sobre enseñarles a aquellos que no estén preparados o no
puedan entender: “No deis lo santo a los perros, ni arrojéis vuestras perlas
delante de los cerdos, no sea que las pisoteen con sus pies, y, volviéndose
hacia vosotros, os destrocen” (San Mateo 7:6). San Juan Crisóstomo dice que la
corrupción de la vida es la razón de porqué la enseñanza no es entendida[28]. La misma idea es
expresada por el Apóstol San Pablo: “Pero el hombre natural no recibe las cosas
del Espíritu de Dios, porque para él son insensatez; tampoco puede conocerlas,
porque se disciernen espiritualmente” (1 Corintios 2, 14).
El Anciano José el
Hesicasta escribe que cuando una persona apasionada comienza a enseñar a otra
persona apasionada, la primera pierde inmediatamente la gracia porque Dios da
el privilegio de enseñar sólo cuando el maestro ha alcanzado el estado de
desapasionamiento y contemplación[29].
También San Simeón el Nuevo Teólogo[30] dice
que el maestro debería conocer el tema desde la experiencia. También el Anciano
José nota que atestiguó muchas veces que a menos que Dios con su gracia ayude a
entender, ningún solo esfuerzo humano puede hacer exitosa la enseñanza. San
Inocencio de Alaska escribe que sólo aquel que tiene plenitud de fe y amor puede
tener boca y sabiduría, a las cuales todos los corazones de los oyentes no se
podrán de resistir[31].
También, en Santiago
3:1, el Apóstol advierte sobre la enseñanza
no autorizada. El Arzobispo Averky
(Taushev) en su análisis de este pasaje de Santiago dice que uno debería
comenzar enseñando con gran cautela y desconfianza de sí mismo[32].
Por lo que se
refiere a la enseñanza de la
Iglesia , en la regla 64 del Sexto Concilio Ecuménico se lee:
“Que un laico no debe hacer un discurso o enseñar públicamente, invistiéndose
así de la dignidad de un maestro, sino que en cambio, debe someterse a la ordenanza
dictada por el Señor, abrir bien su oído a los que han recibido la gracia de la
capacidad de enseñanza, y ser instruidos por ellos en los hechos divinos
concienzudamente (...) Si alguno es pillado desobedeciendo el presente Canon,
sea excomulgado por cuarenta días”[33].
En la interpretación de este canon se lee: “Pero si algún laico tiene la
oportunidad de ser experimentado en la oratoria y en la modestia de formas, no
sea prohibido de responder y enseñar en privado a aquellos que hacen preguntas,
tal como Zonaras y el capítulo 32 del Libro VIII de las Instrucciones
Apostólicas lo declaran. Porque todos ellos –dice– serán enseñados por Dios, en
la manera en la que Apolo habló y enseñó los hechos del Señor, pese al hecho de
que conocía solamente el bautismo del Señor (Hechos 28:25), y Aquila y Priscila
le enseñaron al mismo Apolo el camino de Dios con mayor exactitud”.
Prélest y Oración de Jesús
Muchos Santos Padres y ascetas modernos ortodoxos
escribieron acerca de los peligros de la práctica incorrecta de la Oración de Jesús y de la
oración en general: San Simeón el Nuevo Teólogo, San Ignacio Brianchaninov, San
Teófano el Recluso, San Ambrosio de Óptina, San Macario de Óptina, y los Ancianos
José el Hesicasta, Juan (Alexéyev) de Valaám y otros.[34]
El Profesor A.I. Osipov de la Academia Teológica
de Moscú analiza[6][35] la
enseñanza sobre la oración de San Ignacio (Brianchaninov) y señala que la
oración debería poseer tres propiedades: atención, reverencia y
arrepentimiento. También la humildad debería ser la base de la oración, como
dice San Ignacio: “Hoy leo la declaración de San Sisoés el Grande, la cual
siempre particularmente me gustó. Un monje le dice: ‘estoy en el constante
recuerdo de Dios. San Sisoés le respondió: ‘Eso no es bueno; será bueno cuando
te consideres peor que cualquier criatura’. San Sisoés continúa: ¡El constante
recuerdo de Dios es una actividad muy elevada! Sin embargo, la altura es muy
peligrosa cuando la escalera no está asentada en la sólida roca de la humildad".[35]
Si alguien reúne al
menos un punto de los siguientes…
1. La persona reza
sin mantener su atención en las palabras de la oración e imagina a las huestes
celestiales o a Nuestro Señor Jesucristo[36]
2. La persona no
utiliza la oración por motivo de arrepentimiento, sino que busca ciertas
“sensaciones espirituales”,[36]
3. La persona no se
arrepiente verdaderamente de ciertos pecados; por ejemplo, vive licenciosamente,[34][37]
…puede caer en
prélest.
San Ignacio cuenta
una historia acerca de la forma correcta de oración. Un monje vino a él desde
el Monte Athos. Este monje no necesitaba ropa abrigada en invierno, a raíz de
su calor corporal, cual era generado por la oración, y llevaba cadenas. Al
principio, San Ignacio pensó que éste era un verdadero asceta, y quiso oír algo
útil por parte de él acerca de la oración. Pero entonces encontró que el monje
utilizaba una forma incorrecta de oración, al utilizar la exaltación e
imaginación. San Ignacio cautelosamente le pidió al monje que tratara de
mantener su mente en las palabras de la oración. Eso fue suficiente para
curarlo. Todas sus visiones desaparecieron y no pudo hacer que regresaran.
Cuando el monje volvió tiempo después, ya no parecía engreído; se había quitado
las cadenas, y ya no podía rezar sin ropa abrigada[11].
San Ambrosio de
Óptina numerosas veces escribió en sus cartas que para un principiante,
especialmente aquel sin un mentor experimentado, es mucho más seguro comenzar
con la oración verbal audible que con la puramente noética (silenciosa o mental) porque muchos que han rezado con la
oración noética se han trastornado
mentalmente, mientras que no conoce ningún ejemplo de gente que caiga en prélest, al utilizar la oración verbal.
También es muy
importante confesarse frecuentemente, incluyendo la confesión de los
pensamientos, como apunta el Anciano José el Hesicasta: “Nunca he visto un alma
progresar en la oración sin confesar francamente sus pensamientos secretos”[38]
Falsa Oración Incesante
A veces, muy
raramente, Dios da a algunos individuos humildes y píos que alcanzaron el grado
más alto de la purificación de las pasiones, el don de la oración incesante del
corazón[39]. Ésta es una
de las mayores bendiciones de Dios que una persona puede recibir. Mucha gente
que practica la oración de Jesús quisiera recibir tal don. Pero si la persona
es engreída, puede adquirir desde los demonios un don similar o puede confundir
el don divino con algo natural.
El Archimandrita
Rafael (Karelin) escribe sobre Padre Serafin (Romantsov), Anciano del
monasterio de Glinsk, y acerca de la importancia de la obediencia que se
requiere para recibir la gracia divina. Una vez el Padre Serafín le habló a una
monja que pensaba de sí misma que poseía la oración incesante. Ella vivía en
las montañas y ayunaba severamente. El Padre Serafín dijo: ‘Una vez al día
tienes que tener una comida caliente’. Y ella, que se quedó mirando fijamente
al Padre Serafín, le dijo: “¿Tengo que perder el tiempo y distraer la mente de
la oración para preparar el almuerzo?”. El Padre Serafín se persignó
rigurosamente, diciéndole: “[¡Oh Dios!] Santigua mi corazón, que tú –le dice a
la monja– no tienes ninguna oración ni la has tenido jamás”. Cuando ella se
fue, el Padre Serafín dijo: “No entendió nada. El que le dio este esquema [tonsura]
estaba también en prélest. ¡Pobre
alma, cuántas batallas tendrá![19]
Otro tipo de falsa
oración incesante es cuando la persona solamente se acostumbra a la repetición
de sonidos. Padre Serafín (Romantsov) una vez le dijo a un monje: “Tú no tienes
ninguna oración de Jesús; solamente te acostumbraste a ella, como cierta gente
se acostumbra al mal hablar”[19]
También San
Ambrosio de Óptina escribe en una carta que una persona adquirió la oración
incesante mientras dormía. Y cuando escuchó de cerca lo que su corazón decía,
escuchó “miau” como hacen los gatos, mas no la oración de Jesús.[39]
Prélest en los Santos de la Iglesia Católica Romana
Según San Ignacio (Brianchaninov), algunos de
los santos más respetados de la Iglesia
Católica Romana, que fueron glorificados [canonizados], desde
que ella se ha desviado hacia la supremacía papal, estaban en estado de prélest, y por consiguiente, no pueden
ser considerados santos. San Ignacio provee ejemplos de visiones y otras
experiencias místicas de Francisco de Asís, Ignacio de Loyola y Tomás Kempis, y
las compara con la experiencia de los Santos Ortodoxos de los primeros siglos.
El Profesor A.I. Osipov analiza las enseñanzas
de San Ignacio (Brianchaninov) en cuanto a este tema, y señala una
significativa diferencia de punto de vista, entre la Ortodoxia y el
Catolicismo Romano acerca de la espiritualidad, el arrepentimiento y la
humildad[39]:
La meta de la vida misma de San Francisco (“he trabajado
y quiero trabajar… porque esto trae honor”, “quiero sufrir por los demás y redimir
los pecados de los demás”), demuestra su caída, cual él mismo no advierte;
poniendo en evidencia sus propios pecados. Al final de su vida dijo: No tengo
conocimiento de ningún pecado que haya cometido que no haya sido redimido
mediante la confesión y el arrepentimiento. Sus últimas palabras fueron “he
cumplido lo que debía cumplir”.
A modo de comparación, citaremos los últimos momentos de
San Sisoés el Grande (Siglo V): Rodeado por los hermanos en el momento de su
muerte, estaba como hablando con seres invisibles. [Entonces] los hermanos le
preguntaron: “Padre, dinos, ¿con quién estás hablando?”. Él respondió: “Con los
ángeles que han venido a llevarme; pero les estoy pidiendo que me dejen un
momento, para así arrepentirme”. Los hermanos sabían que Sisoés era perfecto en
virtudes y protestaron: “Tú no necesitas arrepentirte, padre”. Sisoés
respondió: “En verdad no sé siquiera si he comenzado a arrepentirme”.
La profunda
comprensión de Sisoés acerca de su propia imperfección es el rasgo más
sobresaliente de todo verdadero santo y el signo más importante de que sus
revelaciones eran veraces.
El filósofo ruso A.F.
Losev analiza la espiritualidad occidental y, en particular, las visiones
de Ángela de Foligno, afirma: “Aquello no es oración y hablar con Dios; mas
bien son muy fuertes alucinaciones que parten de la histeria, es decir, del prélest”.[41]
Otro filósofo M.V.
Lodyzhensky compara a los místicos ortodoxos con los católicos romanos, y señala
el contraste con respecto a la humildad, entre San Serafín de Sarov y Francisco
de Asís[42]. En su
opinión, la razón de por qué Francisco no alcanzó la verdadera humildad es
porque en ese momento la Iglesia Católica
Romana no tenía humildad verdadera en absoluto. El autor encuentra la evidencia
más fuerte del orgullo espiritual en la supremacía papal.
El Nuevo Mártir
Miguel Novoselov compara la enseñanza de San Ignacio (Brianchaninov), San
Teófano el Recluso, los escritos de M.V. Lodyzhensky, y los de los místicos
occidentales.[43] Él
escribe que es suficiente leer unas cuantas páginas de los escritos de los
místicos occidentales, en particular, los de Teresa de Ávila, para darse cuenta
que estaban en prélest.
El Padre George
Macris también compara el misticismo de San Serafín de Sarov con el de
Francisco de Asís. “La triste realidad es que el logro de una verdadera
relación espiritual con Cristo nunca fue posible para Francisco, porque por
encontrarse fuera de la
Iglesia de Cristo, era imposible que pudiese haber recibido la Gracia Divina o cualquier otro
don del Espíritu Santo. Sus dones fueron de otro espíritu”.[44]
Causas del Prélest
Según San Gregorio
el Sinaíta, hay tres fuentes de prélest:
“la arrogancia, la envidia de los demonios y la Voluntad Divina que nos permite
ser probados y corregidos. La arrogancia surge de la superficialidad; la
envidia demoníaca es provocada por nuestro progreso espiritual, y la necesidad
de corrección es la consecuencia de nuestra forma de vida pecaminosa. La
ilusión que surge solamente de la envidia y del auto-engreimiento se cura
rápidamente, especialmente cuando nos humillamos a si mismos. Por otro lado, la
ilusión permitida por Dios para nuestra corrección, cuando somos entregados a
Satanás, por causa de nuestra pecaminosidad, Dios frecuentemente permite que
esto continúe hasta nuestra muerte, si esto es necesario, para borrar nuestros
pecados. A veces Dios entrega incluso a inocentes al tormento de los demonios
en pos de su salvación”[45]
Si la persona
oculta pecados o pensamientos en la confesión o no confía en su padre
espiritual, también puede caer en prélest:
“Piensa de esta manera: El Espíritu Santo mora en tu confesor y él te dirá qué
es correcto. Pero si te dices a ti mismo que tu confesor vive una vida
negligente, cómo puede morar en él el Espíritu Santo, sufrirás grandemente por
tales pensamientos, el Señor te rebajará y seguramente caerás en ilusión”.[46]
Cura
Los ascetas ortodoxos
consideran que hay varias maneras de curar el prélest:
1. Santos Sacramentos
2. Humildad
3. Obediencia
4. La oración sin
pensamientos viciosos, especialmente sin imaginar a Nuestro Señor Jesucristo, a
los ángeles, al cielo, etc., manteniendo la atención en las palabras de la
oración
5. Las plegarias de
otras personas de vida santa por aquel que se encuentra en prélest.
6. Leer las Sagradas
Escrituras
La primera vía de
la cura para el prélest es el
sacramento de la confesión. Si la persona tuvo alguna visión, debería decírselo
inmediatamente a su padre espiritual sin ocultarle nada.[47] También son necesarios otros sacramentos, pero
algunas veces, los padres espirituales prohíben a las personas en prélest tomar la Santa Comunión por
algún tiempo, a veces, durante un periodo más bien largo (de uno a tres años).[48] Tambien, a veces,
en los monasterios, a las personas que están en prélest les es otorgadas obediencias innobles, con el fin de
humillarlos. La terapia del trabajo disminuye el orgullo y los ataques
demoníacos que causan el prélest.
Sin embargo, aun
con ayuda divina y humana, San Ambrosio de Óptina señala: “Es más fácil llevar
a todos los pecadores al arrepentimiento, que traer a la razón a una persona en
prélest”.[39]
Santos Ortodoxos que estuvieron en Prélest y se Recuperaron
Cuando San Nífon,
obispo de Chipre, era un simple monje, al luchar contra los demonios cayó en
una parcial insania por cuatro años, pero luego fue sanado.[49]
San Simeón el
Estilita fue engañado por los demonios, quienes le mostraron un carro para
llevarlo al Cielo, tal como sucedió con el Profeta Elías. El carro desapareció
cuando San Simeón, antes de intentar subir a él, se hizo la señal de la Cruz.[ 50]
San Jacobo adoró a
un demonio que se apareció en la forma de Nuestro Señor Jesucristo, cual
desapareció luego de que Jacobo se hiciera la señal de la Cruz.[ 51]
San Isaac el Recluso
de las Grutas de Kiev vivió en reclusión por siete años, y fue engañado con una
falsa visión de Nuestro Señor Jesucristo. Los demonios lo dejaron yaciendo
inconsciente. Los Santos Antonio y Teodosio de las Grutas de Kiev lo cuidaron y
rezaron por él durante dos años. Luego de este tiempo, San Isaac mejoró y al
final de su vida recibió poder sobre los demonios.[52]
San Nicetas de las
Grutas de Kiev intentó una proeza excesiva de reclusión sin la experiencia
suficiente, y fue engañado por un “ángel” que lo ayudaba, y le otorgó un falso
don de clarividencia-. Cuando los Santos Padres del monasterio desenmarañaron
los artimañas del demonio, y expulsaron al “angel”, San Nicetas perdió sus
habilidades sobrenaturales e incluso no podía leer ninguna cosa. Más tarde,
siguiendo el camino de la humildad, San Nicetas
fue consagrado como Obispo de Novgorod y recibió el don de taumaturgia. [18]
Los Santos Teodoro
y Basilio de las Grutas sufrieron grandemente las artimañas de los demonios.
San Teodoro fue engañado por la visión de un “ángel”, y una la falsa aparición
de un demonio con apariencia de San Basilio, y les prestaba atención.
Posteriormente, San Basilio hizo retornar a sus cabales a San Teodoro, y lo
convenció de que había estado en prélest.[53]
San Siluán el Athonita
estuvo en prélest dos veces, tal como
es relatado en el libro del Padre Sofrony. En una ocasión, San Siluán aceptó
una visión [como verdadera] y ninguno de aquellos a los que él había consultado
acerca de ella, le advirtió que se trataba de una ilusión. “Pero fui seducido
por la vanidad y comencé a ver diablos nuevamente. Entonces supe que había sido
engañado y le hice una revelación completa a mi confesor y le pedí sus
oraciones; y a causa de sus oraciones ahora estoy a salvo y siempre le suplico
al Señor que me conceda el espíritu de humildad.[54]
Acerca del Prélest
en los Textos Litúrgicos Ortodoxos
La noción acerca
del prélest está presente en algunos
de los textos litúrgicos de la Iglesia Ortodoxa.
En los Akathistos a la Madre de
Dios[55]: “Porque tú has
apagado el horno del prélest” (Ikos
5); “Porque tú has pisoteado la ilusión del error” (Ikos 6).
En el Gran Cánon de
San Andrés de Creta:[56] “Yazco
desnudo y avergonzado por la belleza del árbol que ví en medio del jardín,
engañándome”. (Lunes, Oda 2); “Oh Dios, Trinidad, pero Uno, sálvanos de la
ilusión, de las tentaciones y de la desgracia” (Lunes, Oda 3); “Pero tú, mi
alma desesperanzada, más bien has imitado a Esaú, rindiendo al mal astuto, la
belleza que heredaste de Dios. De dos maneras, en obras y en sabiduría, has
sido engañada y ya es tiempo de que te conviertas”. (Martes, Oda 4).
Referencias:
1. “On
Spiritual Deception”. Revista “Orthodox Life”, Julio-Agosto 1980.
2. Jean-Claude
Larchet, “Thérapeutique des maladies
mentales. L’expérience de l’Orient chrétien des premiers siècles” (1992, 3a
edición 2008) en Frances o “Istselenie
psijicheskij bolezney. Op’it jristianskogo Vostoka pervij vekov” en Ruso.
3. Elder Joseph the Hesychast, Monastic Wisdom, From letter 55.
4. Elder Paisios of the Holy Mountain, Spiritual Counsels, Vol. 3. Spiritual Struggle.
5. Anciano Daniel
Katounakiotis. En Ruso “Angelskoye
Zhitiye ob otverzhenii mechtaniy”.
6. Interview
with prof. A.I. Osipov. "The Way of a Pilgrim" and Bishop Ignatius
(Brianchaninov’s) Teaching on Prayer".
7. Letters of Theophan, Archbishop of
Poltava, Letter 31.
8. Philokalia, Vol. 4, St . Gregory of Sinai, On Commandments and Doctrines, Warnings
and Promises; On Thoughts, Passions and Virtues, and Also on Stillness and
Prayer: One Hundred and Thirty-Seven Texts, Ch. 131.
9. Saint Symeon the New Theologian, The Three Ways of Attention and Prayer.
10. Letters of the Valaam Elder
Schema-Abbot John (Alexeev), On Prayer.
11. San Ignacio (Brianchaninov). “o prelesti”.
12. Archimandrita Serafín (Alexiev). “Nastavleniye o voznoshenii sebya i lozhnykh
videniyakh”.
13. Anciano Cleopa. “O snakh i
videniyakh”. 2012.
14. Elder Joseph the Hesychast. Monastic wisdom. Letter 37.
15. Hieromartyr
Bishop Arseny (Zhadanovsky). “Dukhovnyy
dnevnik”.
16. Saints
Barsanuphius and John, Guidance Toward
Spiritual Life: Answers to the Questions of Disciples. Letter 421.
17. San Juan
Casiano, Conferencias. Conferencia 15. La
segunda conferencia del abad Nesteros. Sobre los dones divinos. Capítulo 1.
Discurso del abad Nesteros sobre el
sistema triple de los dones.
18. Life
of Saint Nicetas of the Kiev Caves.
19. Archimandrita Rafael (Karelin). “Tayna spaseniya Besedy o dukhovnoy zhizni. Iz
vospominaniy Skhiarkhimandrit Serafim”
20. Conversaciones con el obispo Antonio de
Sourozh. “Sobre prélest”. Spas TV (en Ruso).
21. Metropolitan Hierotheos Vlachos. Orthodox psychotherapy. Dispassion.
22. Excerpts
from the Letters of Elder Macarius of Optina.
23. The
Letters of Elder John (Krestiankin).
24. Philokalia, Vol. 1, St . Diadochos of Photiki, On Spiritual Knowledge and Discrimination. One Hundred Texts. Ch. 36-38.
25. San Juan
Clímaco. La Escala
del Divino Ascenso. Peldaño 3.
26. San Juan Casiano,
Conferencias, Segunda conferencia del
Abad Moisés. Sobre la discresión. Capítulo VII. De la caída y decepción de un
monje de Mesopotamia.
27. San Juan
Clímaco. La Escala
del Divino Ascenso. Peldaño 22.
28. San Juan
Crisóstomo. Homilías sobre el Evangelio
de San Mateo. Homilia XXIII, San Mateo Capitulo VII.
29. Elder Joseph the Hesychast. Monastic wisdom. Letter 22.
30. San Simeón el
Nuevo Teólogo. “Slovo Vosemdesyat Tretye”.
31. San Inocencio
de Alaska. “Nastavleniye
Svyashchenniku-Missioneru”.
32. Arzobispo
Averky (Taushev). “Ekzegeticheskiy razbor
poslaniya svyatogo Apostola Iakova. Glava Tretya”.
33. Cánones de
los Siete Concilios Ecuménicos. Concilio Ecuménico Quinisexto. Regla 64.
34. Fragmentos
Selectos de los Santos Padres sobre los Peligros de la Oración del Corazón. (En
Ruso)
36. San Juan
Clímaco. La Escala
del Divino Ascenso. Peldaño 28.
37. Cartas del
anciano Juan (Krestiankin). Sobre la
oración. (En Ruso)
38. Elder Joseph the Hesychast, Monastic Wisdom, From letter 55.
39. Cartas de San
Ambrosio de Optina. “Pismo 294” .
43. Mikhail Novoselov. “Mistika Tserkvi i
mistika zapadnykh verovaniy”. 1912.
44. George Macris. A Comparison of the Mysticism of Francis of Assisi With That of St.
Seraphim of Sarov.
45. Philokalia, Vol. 4, St . Gregory of Sinai, On Commandments and Doctrines, Warnings and
Promises; On Thoughts, Passions and Virtues, and Also on Stillness and Prayer:
One Hundred and Thirty-Seven Texts, Ch. 132.
46. Archimandrita
Sofrony. San Siluán el Athonita. Pág. 292.
47. Nun Macaria, The Angel of Light and Spiritual Discernment in the Orthodox Tradition.
48. Arkhimandrit Ioannikiy (Kotsonis). Afonskiy Otechnik. 2011.
Str. 352.
49. Vida de San
Nifón de Cipre (En Ruso).
50. Vida de San
Simeón el Estilita (En Ruso).
51. Life of Saint
Iakovos..
52. Vida de
San Isaac el Recluso (En Ruso)
53. Vida de los Hieromártires
Teodoro y Basilio de las Grutas (En Ruso)
54. Archimandrita
Sofrony. San Siluán el Athonita.
Pág. 432.
55. Akathistos a la Madre de Dios.
56. Gran Canon
de San Andrés de Creta.
Traducción y corrección: Presbítero Siluán Dignac