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Resolución del Concilio de Obispos de la Iglesia Ortodoxa Rusa en el Extranjero sobre la Recepción de los Herejes

15/28 de Septiembre de 1971,

Sobre la cuestión acerca del bautismo de los herejes quienes son aceptados en la Ortodoxia, ha sido aprobada la siguiente resolución:

Desde la antigüedad, la Santa Iglesia ha creído que solo puede existir un único verdadero bautismo, cual solo puede ser administrado en su seno: "Un Señor, una fe, un bautismo" (Efesios 4:5). En el Símbolo de Fe (Credo) "un solo bautismo" es también confesado, mientras que el canon 46 de las reglas de los Santos Apóstoles dice: "Ordenamos que aquellos obispos, o presbíteros, quienes hayan aceptado el bautismo o sacrificio de los herejes, sean depuestos".

Sin embargo, cuando el celo de los herejes se debilitó en su lucha contra la Iglesia, o cuando fue levantada la cuestión sobre la conversión en masa de herejes, a la Ortodoxia, para facilitar su unión, la Iglesia, los recibió en su seno a través de otra forma. En el Primer Canon de San Basilio el Grande, cual esta incorporado en las reglas del Sexto Concilio Ecuménico, él indica la existencia de varias prácticas en la recepción de herejes de diferentes países. Él explica que toda separación de la Iglesia, priva a uno de  la gracia y escribe acerca de los cismáticos: "El principio, verdad suficiente, de la separación resultaba ser por medio de un cisma, pero aquéllos que se separaron de la Iglesia no tenían la gracia del Espíritu Santo en ellos; porque la impartición de ella había cesado por la interrupción del servicio. Porque aunque quienes hayan sido los primeros en partir, por haber sido ordenados por los padres y por la impartición de sus manos, habían obtenido el don de la Gracia del Espíritu, no obstante, luego de separarse, se volvieron laicos, y no tenían autoridad para bautizar u ordenar a nadie, ni podrían impartir la Gracia del Espíritu a otros, dado que ellos, por su propia causa, habían perdido este derecho. Por lo cual, ellos [los antiguos partidarios de San Cipriano y San Firmiliano] pedían que aquéllos bautizados por estos [los herejes] deberían ser considerados como bautizados por laicos, y que, cuando ellos vinieran para unirse a la Iglesia, deberían ser re-purificados por el Verdadero Bautismo, tal como es prescrito por la Iglesia". Sin embargo, "por causa de la edificación de muchos", San Basilio no objeta al uso de otra forma de recepción para los cismáticos Cataros de Asia. Con respecto a los Encratitas, escribe: "Si, sin embargo, esto se vuelve un obstáculo en la economía general" [de la Iglesia], otra práctica puede emplearse, explicándose de esta manera: "Porque me inclino a sospechar que nosotros podemos, por la severidad de la prescripción, impedir realmente, que los hombres se salven..."

Así, San Basilio el Grande, y a través de sus palabras, el Concilio Ecuménico, mientras que confirmando el principio que fuera de la Santa Iglesia Ortodoxa no existe ningún verdadero Bautismo, por condescendencia pastoral, permite la recepción, llamada economía, de ciertos herejes y cismáticos, sin un nuevo bautismo. En conformidad con tal principio, los Concilios Ecuménicos permitieron la recepción de herejes de diferentes maneras, para tratar de debilitar toda adversidad de ellos contra la Iglesia Ortodoxa.

El "Kormchaya Kniga" (Pidalion Eslavo) cita una explicación de esto, hecha por Timoteo de Alejandría. A la pregunta de: "Por qué no bautizamos a los herejes que se han convertido desde la Iglesia Católica? " entonces, él contesta: "Si esto no fuera así, el hombre no se alejaría prontamente de la herejía, por avergonzarse del bautismo [es decir de un segundo bautismo], al conocer, por otra parte, que el Espíritu Santo, desciende incluso por la imposición de las manos de un sacerdote y por la oración, como los Hechos de los Santos Apóstoles Santos testifican."

Con respecto a los Católicos Romanos y Protestantes que dicen haber conservado el bautismo como un misterio (por ejemplo los Luteranos), en Rusia, desde el tiempo de Pedro I, la práctica que se ha seguido es su recepción sin bautismo, por renuncia de su herejía y por Crismación de Protestantes y por Confesión de Católicos. Antes del reinado de Pedro, los Católicos eran bautizados en la Rusia. En Grecia, la práctica varió también, pero desde hace casi 300 años, luego de un cierto intervalo, la práctica de bautizar a aquéllos conversos desde el Catolicismo y el Protestantismo fue introducida nuevamente. Aquéllos recibidos de cualquier otra manera, no son reconocidos como Ortodoxos en Grecia. Ha habido muchos casos en que miembros de nuestra Iglesia Rusa no fueron admitidos para la Santa Comunión.

Teniendo en cuenta estas circunstancias y el crecimiento actual de la herejía del Ecumenismo, cual intenta erradicar completamente la distinción entre la Ortodoxia y todas las herejías, así como el Patriarcado Moscú, en violación de los Sagrados Cánones, incluso ha emitido una resolución que permite a los Católicos Romanos recibir la Comunión en ciertos casos, el Concilio de Obispos reconoce la necesidad de introducir una práctica más estricta, es decir, que el bautismo sea sumistrado a todos los herejes que acuden a la Iglesia, exceptuando esto, solo en caso de necesidad y con  permiso del obispo, por razones de economía o condescendencia pastoral, otra práctica de recepción, en estos casos puntuales (es decir la recepción en la Iglesia, de Católicos Romanos y aquellos Protestantes que realizan su bautismo en el nombre de la Santa Trinidad) deben efectuarse a través de la renuncia de su herejía y por Crismación.

Traducción: Presbítero  Siluan Dignac