“Y ahora vosotros sabéis lo que
lo detiene, a fin de que a su debido tiempo se manifieste. Porque ya está en
acción el misterio de la iniquidad; sólo que hay quien al presente lo detiene,
hasta que él a su vez sea quitado de en medio. Y entonces se manifestará aquel
inicuo, a quien el Señor matará con el espíritu de su boca, y destruirá con el
resplandor de su venida; inicuo cuyo advenimiento es por obra de Satanás” (II
Tesalonicenses 2: 6-9)
San Juan Crisóstomo:
“Uno se puede preguntar. ¿Qué es
lo que detiene la manifestación del hombre de iniquidad? Es el Imperio Romano.
Cuando este desaparezca, entonces vendrá el hombre de iniquidad, porque
mientras dure el temor de la gente hacia el Emperador de Roma, nadie se ensalzará
por sí solo, pero cuando el Emperador desaparezca, entonces el hombre de pecado
se manifestará, e intentará gobernar el reino de Dios y de los hombres”
Starets Filoteo de Pskov, en
1510, informó al Zar Moscovita Basilio III (1505-1533) acerca de una visión que
tuvo sobre el “Libro de Daniel”, y en la que vislumbró que el imperio ruso iba
a ser el último reino terrenal del Pueblo de Dios:
“Dos Romas han caído. La tercera
permanece. Y no habrá una cuarta ¡Nadie reemplazará vuestra Autocracia Cristiana!”
Su Santidad Jeremias II, Patriarca de Constantinopla expresa:
“La iglesia de la Primera Roma
cayo debido a la impía herejía de Apolinario. Los ismaelitas cerraron las
puertas de la Segunda Roma en Constantinopla. Hoy la Santa Iglesia Apostólica
de la Tercera Roma en tu imperio resplandece en el mundo entero en la gloria de
la Fe Cristiana. Sabed, oh piadoso Zar, que todos los imperios de los
cristianos ortodoxos convergieron en el vuestro. Eres el único autócrata del
universo, el único zar de todos los cristianos. [...] Según los libros
proféticos, todos los imperios cristianos tienen un fin y convergerán en un
solo imperio, el de nuestro “Gosudar” (Soberano), es decir, en el Imperio de
Rusia”
San Juan de Kronstadt profetizó en 1905:
“Rusia, si te apartas de tu fe, como
ya muchos de la “Inteligentsya” (clase intelectual) han caído, ya no serás
Rusia, o la Santa Rus. Y si no hubiera arrepentimiento en el pueblo ruso -
entonces el fin del mundo estará cerca. Dios quitará a tu piadoso zar y enviará
un látigo personificado por los impíos, crueles, gobernantes designados por si
mismos, quienes inundarán toda la tierra con sangre y lágrimas”
Archimandrita Nektarios (Serfes) escribe acerca de cuál es la
fuente de autoridad del zar ortodoxo:
“Un monarca ortodoxo recibe su
autoridad de Dios ¿pero por qué medios y de qué manera esto le es concedido a
él? La autoridad de gobernar en el Nombre de Dios y llevar a cabo el más
excelso ministerio terrenal desciende sobre un zar a través del Misterio o Sacramento
de Unción, en el momento de su coronación. Luego de su coronación se le dice: “este
visible y material adorno de vuestra cabeza es para ti, un signo manifiesto que
el Rey de Gloria, Cristo, te ha coronado invisiblemente”. La unción tiene lugar
luego de la lectura del Santo Evangelio en la Divina Liturgia. El jerarca
principal unge al zar con Santo Crisma en la frente, los ojos, las fosas
nasales, los labios, los oídos, el pecho y manos, diciendo a cada vez: “El
Sello del Don del Espíritu Santo” Por lo tanto, Nicolás II recibió su autoridad
a través de un sacramento. El Espíritu Santo yacía sobre él. Al rechazar al
zar, el pueblo ha blasfemado contra el Sacramento, y ha pisoteado la Gracia de Dios”
Hieromonje Seraphim (Rose) escribe:
“Aquel que ha detenido la
aparición en el mundo del Anticristo, el hombre de la iniquidad y anarquía, el
último y más poderoso enemigo de Cristo y su Iglesia, es -de acuerdo a la
enseñanza de San Juan Crisóstomo y otros Padres de la Iglesia- la legitima
autoridad, tal como como fue representada y simbolizada por el Imperio Romano.
Esta idea fue supremamente encarnada en el Imperio Cristiano: primero en
Bizancio, cuando Constantinopla era la segunda Roma, y luego en el Imperio Ruso
Ortodoxo, cuando Moscú fue la Tercera Roma. En 1917 la “Era Constantiniana” ha
venido a su fin, el Imperio Ortodoxo ha sido derrocado-y el mundo, comenzando
con Moscú, ha sido arrojado a una era de ausencia de leyes y ateísmo (y en la
vida cristiana, de apostasía) como no se ha visto antes. El Zar Nicholas II fue
el último representante de este ideal de legítima autoridad cristiana, y la era
de ausencia de leyes ha comenzado apropiadamente con su asesinato. Para los
cristianos ortodoxos, sin embargo, la nueva era comienza con un mártir: un testigo
para la Iglesia Ortodoxa, fiel hasta el fin a su Iglesia y su sagrada
vocación... El fenómeno mismo del Zar-Mártir es una fuente de inspiración para
los cristianos ortodoxos. Pero ésta es sólo parte de la significancia ortodoxa
de Nicolás II. Su piedad personal y carácter cristiano, y su activo papel como
un Zar que ha promovido un verdadero renacimiento ortodoxo, haciéndose el
último y uno de los más grandes representantes de la tradición monárquica
ortodoxa”
San Juan de Shangai y San Francisco escribió:
“Antes del advenimiento del
Anticristo, ya está siendo preparada en el mundo la posibilidad de su surgimiento:
El misterio de la iniquidad ya está en acción (II Tesalonicenses 2: 7). Las fuerzas que preparan su venida,
luchan, sobre todo, contra la legitima Autoridad Imperial... San Juan
Crisóstomo explica que aquel que lo detiene es la legítima y devota autoridad: tal
autoridad lucha contra el mal. Por esta razón, el “misterio”, que ya está en
acción en el mundo, combate contra esta autoridad; desea una autoridad ilegitima.
Cuando el "misterio" de manera decisiva logre alcanzar a aquella
autoridad, nada podrá ya más obstaculizar el surgimiento del Anticristo”
San Teófano el Recluso dice al respecto:
“Él (el Anticristo) no aparecerá,
siempre y cuando la autoridad imperial se mantenga en vigor. Ella no permitirá que
se desarrolle, impedirá su accionar en su propio espíritu. Este, entonces, es
“aquel que lo detiene” (II Tesalonicenses 2: 7). Mas, cuando la autoridad
imperial caiga, y la gente en todas partes instituya soberanías populares (repúblicas,
democracias), entonces, allí habrá lugar para que el Anticristo entre en acción.
A Satanás no le será difícil preparar voces a favor de la apostasía de Cristo, así
como la experiencia ha demostrado durante la Revolución de Francia. No habrá quien
pueda pronunciar un legítimo veto. Y así, cuando tales regímenes, adecuados
para revelar las aspiraciones del Anticristo, sean instituidos por todas
partes, entonces se manifestará el Anticristo”
Archimandrita Constantino (Zaitsev) de Jordanville, nos ha dejado
esta opinión:
“La caída de Rusia marcó el
comienzo de la época “Pre-Anticristo”, en la cual vivimos actualmente. Este
cataclismo acabó con el “poder restrictivo” en el mundo, liberando a Satanás de
su temporal (del cual las Sagradas Escrituras alegóricamente llaman “mil años”)
cautiverio”
¿Cómo hemos de entender esta
“autoridad” del Anticristo y su precursor, el comunismo?
El Santo Apóstol Pablo declara en la su Epístola a los Romanos:
“Sea sujeta toda persona a las
autoridades gobernantes. Porque no hay autoridad que no provenga de Dios, y
aquellas que existen se han instituido por Dios. De modo que quien se resiste a
las autoridades, se resiste a lo que Dios ha designado, y quienes se resisten incurren
en juicio. Porque los gobernantes no están para infundir terror a el que obra
el bien, sino al malo. ¿Queréis no temer de aquel que está en autoridad?
Entonces, haz el bien, y recibirás su aprobación, porque es servidor de Dios
para tu bien. Pero si haces mal, teme, porque no lleva espada en vano. Porque
es el siervo de Dios, un vengador que lleva a cabo la ira de Dios sobre el que
obra el mal” (Romanos 13: 1-4)
Pero ¿esto es aplicable a la
“autoridad” del Anticristo y sus precursores, los diversos gobiernos comunistas
y liberales?
San Isidoro de Pelusio (Siglo V) escribió:
"Si algún malvado se apodera
ilegalmente del poder, no decimos que él ha sido establecido por Dios, mas
decimos que él ha sido permitido, ya sea con el fin de escupir todo su perfidia,
o con el fin de castigar a aquellos para quienes la crueldad es necesaria, tal
como el rey de Babilonia dio escarmiento a los judíos"
El Libro del Apocalipsis reza lo siguiente:
“El dragón le dio (a la bestia)
su poder, su trono y gran autoridad” (Apocalipsis 13:2)
El Santo Patriarca Tikhon anatematizó al Gobierno Soviético, tal como
es referido en el Sobor de Toda Rusa de 1917-1918:
“El Patriarca de Moscú y de Toda
Rusia, en su epístola a los piadosos archipastores, pastores y fieles hijos de
la Iglesia Ortodoxa de Cristo, ha asestado la espada espiritual contra los
parias de la raza humana – los bolcheviques, y los ha anatematizado. El primado
de la Iglesia Ortodoxa Rusa exhorta a todos los hijos fieles de la Iglesia a no
mantener ninguna comunión con estos parias. Por causa de sus acciones satánicas,
por cuales son malditos en esta vida y en la vida por venir. ¡Ortodoxos! A Su
Santidad el Patriarca le ha sido concedido el derecho de atar y desatar, en concordancia
con las palabras del Salvador... No destruyáis vuestras almas, cesad comunión
con estos siervos de Satanás - los bolcheviques. Padres, si vuestros hijos son bolcheviques,
demandad con autoridad a que renuncien a sus errores, para que se arrepientan
de su eterno pecado, y si no os obedecen, renunciad a ellos. Esposas, si sus
maridos son bolcheviques y tercamente continúan sirviendo a Satanás, dejadlos,
salvad a vosotras mismas, y a vuestros hijos, de esta infección destructiva
para alma. Un cristiano ortodoxo no puede tener comunión con los siervos del
diablo... Arrepentíos, y con ferviente oración clamad por la ayuda del Señor de
los Ejércitos, y quitad de vosotros “la mano foránea”- los enemigos antiguos de
la Fe Cristiana, quienes se han autoproclamado -de acuerdo a las modas de la “soberanía
popular”- “gobierno del pueblo”... Si
vosotros no obedecéis a la Iglesia, no seréis sus hijos, mas seréis participes
en la crueles y satánicas acciones llevadas a cabo por los enemigos abiertos y solapados
de la Verdad Cristiana... ¡Sed valientes! ¡No os demoréis! No destruyáis
vuestra alma, entregándola al diablo y sus títeres”
Tomado de un documento de la Iglesia Ortodoxa Rusa en las Catacumbas, escrito
y publicado en la clandestinidad, en los años sesenta:
“¿Cómo se debe mirar a la
autoridad soviética, de acuerdo a la Enseñanza Apostólica acerca de las
autoridades (Romanos 13)? De acuerdo con la Enseñanza Apostólica que hemos
expuesto, uno debe reconocer que la autoridad soviética no es autoridad. Es
anti-autoridad. No es autoridad, ya que no fue establecida por Dios, mas
insolentemente fue instituida por el aumento de malas acciones de los hombres,
y es consolidada y apoyada por estas acciones. Si las acciones malvadas se
debilitaran, la autoridad soviética, cual representa una condensación del mal,
también se debilitará... Esta autoridad fue consolidada con el fin de destruir
todas las religiones, simplemente para erradicar la fe en Dios. Su esencia es
la guerra contra Dios, porque su raíz viene de satanás. La autoridad soviética
no es autoridad, porque por su propia naturaleza no puede cumplir con lo que es
legítimo, porque la esencia de su existencia proviene del mal.”
“Puede decirse que la autoridad
soviética, al condenar diversos crímenes humanos, puede aún ser considerada
como autoridad. No decimos que una autoridad gobernante carece totalmente de
legitimidad. Sólo afirmamos que es una anti-autoridad. Uno debe conocer que los
fundamentos del poder real están ligados a ciertas acciones de los hombres,
para quienes el instinto de preservación es natural. Y ellos deben tener en
cuenta las leyes morales que han sido inherentes a la humanidad desde épocas
pasadas. Pero, en esencia, esta autoridad sistemáticamente incurre en el homicidio,
física y espiritualmente. En realidad, un poder hostil, que se denomina
autoridad soviética, esta acción. El enemigo se esfuerza con astucia para
obligar a la humanidad a reconocer este poder como autoridad. Pero la Enseñanza
Apostólica acerca de la autoridad es irreconciliable en este caso, tal como el
mal es irreconciliable respecto a Dios y al justo, porque el mal yace fuera de
Dios; pero los enemigos con hipocresía pueden refugiarse en las bien
conocidas Enseñanzas Apostólicas y decir que todo proviene de Dios”
Es importante señalar que la
Autoridad del Zar fue establecida
por Dios. Mientras que autoridad del Anticristo y sus precursores es permitida por Dios. Lo que ha
ocurrido desde 1917, tanto en occidente “libre”, como en los países comunistas,
puede ser bien resumido en las siguientes palabras del Arzobispo Averky (Taushev) de Jordanville, quien reposó en 1976:
“Pero los “ministros de Satanás”,
o, lo que sería lo mismo decir, los siervos de la advenimiento del Anticristo, hacen
uso de esta ceguera espiritual en la mayoría de la gente moderna, y obstinada e
insistentemente llevan a cabo su trabajo, con energía genuinamente satánica.
Con excepcionales esfuerzos, con todos los medios disponibles, y la ayuda de
todos los recursos bajo su control, ellos vigorosamente atraen adeptos para sí,
quienes consciente o inconscientemente, voluntaria o involuntariamente, cooperan
con ellos, para crear en el mundo, las circunstancias y condiciones adecuadas
para el pronto advenimiento del Anticristo, como gobernante de todo el mundo y maestro
de toda la humanidad”
¿Cómo se está llevando a cabo
esto? ¿Qué actitud debemos tomar en relación a la esta apostasía del mundo
moderno?
San Ignacio Brianchaninov nos dice al respecto:
“La apostasía es permitida por
Dios, no trates de detenerla con tu débil mano. Huye tú mismo de ella,
protégete tú mismo de ella;.. Eso es suficiente para ti. Aprende a conocer el
espíritu de la época, estúdialo, así, cada vez que sea necesario, serás capaz de
evitar su influencia... Sólo la especial misericordia de Dios es capaz de
detener esta muy destructiva epidemia moral, detenerla por un periodo corto de
tiempo, porque es necesario que suceda todo lo anunciado por las Escrituras.
Juzgando a través del espíritu de los tiempos y el fermento intelectual, uno
debe suponer que la estructura de la Iglesia, que ha sido sacudida durante
algún tiempo, caerá rápida y horriblemente. No hay nadie quien pueda detenerla
y oponérsele. Las medidas emprendidas para contenerla son prestadas y aceleran
su caída, en vez de detenerla. ¡No existe nadie de quien se pueda esperar que
restaure el cristianismo! Las vasijas del Espíritu Santo, finalmente, se han
secado en todas partes, incluso en los monasterios, aquellos tesoros de piedad
y gracia... La sal ha perdido su sabor. En los archipastores (obispos) de la
Iglesia sólo queda una débil, tenue, inconsistente e incorrecta comprensión de
acuerdo a la "letra", cual mata la vida espiritual en la sociedad
cristiana y destruye el cristianismo, cual es acción, no letra. Es penoso ver a
quienes les fueron confiadas las ovejas de Cristo, a quienes se ha confiado su
dirección y salvación. Pero esto ha sido permitido por Dios... La
misericordiosa paciencia de Dios demora y pospone la decisiva desintegración
por causa del pequeño remanente de aquellos que están siendo salvados, mientras
aquellos que están corrompiéndose o ya están corrompidos alcanzan la plenitud de
su corrupción. Aquellos quienes están siendo salvados deben entender esto, y deben
hacer uso del tiempo que les ha sido dado para su salvación. ¡Que el
Misericordioso Señor proteja al remanente de aquellos quienes creen en el!
Pero, este remanente es escaso, se está volviendo más y más escaso... que aquel
que este siendo salvado, salve su alma”
Y dice sobre el Anticristo:
“El Anticristo se autoproclamará como
predicador y restaurador del verdadero conocimiento de Dios: los que no
comprendan el cristianismo, verán en él a un representante y campeón de la
verdadera religión, y se unirán a él. El Anticristo aparentará ser apacible,
misericordioso, lleno de amor y de todas las virtudes: será reconocido como tal
y será obedecido, por causa de sus virtudes más excelsas, por aquellos que
reconocen a la caída naturaleza humana como una verdad... El Anticristo ofrecerá
a la humanidad, la organización del más excelso bienestar y prosperidad
terrenal, ofrecerá honores, riqueza, señorío y confort y placeres carnales:
Aquellos quienes busquen las cosas terrenales aceptarán al Anticristo y lo
llamarán su amo. El Anticristo revelará ante la humanidad una vergonzosa
exhibición de sorprendentes milagros, similares a engañosas presentaciones
teatrales... infundirá temor a través de sus terroríficos y extraordinarios
milagros, y por medio de ellos, satisfacerá la vanidad y el orgullo humano, complacerá
la sofistería carnal y la superstición, y confundirá a la educación humana:
todo hombre que sea guiado por la luz de su naturaleza caída, y que sea ajeno a
la correcta guía por medio de la Luz de Dios, será seducido a obedecer al
engañador”
El Anticristo será aceptado con
entusiasmo por los apóstatas del cristianismo, pero es digno de profunda
atención y tristeza, tal como señalan los Santos Padres, que aun los escogidos
dudaran acerca de la persona del Anticristo ¿tan hábilmente será capaz de
ocultar al observador externo las raíces de perversidad satánica que morará en
él? San Ignacio Brianchaninov nos
dice al respecto:
“Los opositores del Anticristo
serán considerados alborotadores, enemigos del bienestar general y el buen
orden, serán sometidos tanto a abierta, como a solapada persecución, tortura y
ejecución”
Todos aquellos que se nieguen a
adorar al Anticristo caerán bajo la más terrible y dificultosa persecución, el
mismo santo continua:
“su pequeño número parecerá
insignificante ante toda la humanidad, y su opinión será tomada como sustancialmente
frágil, serán sujetos al desprecio general, odiosas calumnias y opresión; la muerte
violenta será su suerte”
Starets Lavrenty de Chernigov
(+ 1950) declara en relación con la Oración de Jesús y la cuestión que aquí nos
concierne:
“Pero por el bien de sus
escogidos, el Señor acortará aquellos días. En aquellos días, todavía habrá
fuertes guerreros, pilares ortodoxos, quienes estarán bajo la poderosa
influencia de la Oración de Jesús. El Señor los cubrirá con su Gracia
Todopoderosa, y no verán aquellos falsos prodigios que serán preparados (por el
Anticristo) para todos los pueblos”
Finalmente, las Sagradas
Escrituras nos revelan cual será el destino de Satanás, el Anticristo y sus
seguidores:
“Y Dios hizo descender fuego del cielo, y los
consumió. Y el diablo que los engañaba fue lanzado en el lago de fuego y
azufre, donde estaban la bestia y el falso profeta; y serán atormentados día y
noche por los siglos de los siglos” (Apocalipsis 20: 9-10)
Y cuál será la recompensa de los
justos, aquellos que perseveren hasta el fin, sin traicionar a Cristo:
“Bienaventurados los que lavan
sus ropas, para tener derecho al árbol de la vida… Y el que tiene sed, venga; y
el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente” (Apocalipsis 22:
14, 17)
(*) NOTA: ὁ κατέχων en
griego, significa “el que detiene” o "el que retiene", ver 2ª Tesalonicenses 2: 6-9
Traducción y adaptación: Ignacio
Perez Borgarelli y Pbro. Siluán Dignac