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Пресвятая Богородице, спаси нас!

Santísima Madre de Dios, salvanos!


Este es el Sitio Oficial de la Misión Ortodoxosa Rusa "Icono de Vladimir"

Sean Bienvenidos!

Resolucion del Sínodo de Obispos de la Iglesia Ortodoxa Rusa en el Sobor de 2008



¡Muy Amados en el Señor, Padres, Hermanos, y Hermanas, Cristo está entre nosotros

 

El Sínodo de Obispos de la Iglesia Ortodoxa Rusa (Autónoma), continúa confesando, como siempre ha hecho, nuestra fe inquebrantable en la Iglesia que es Una, Santa, Católica, y Apostólica, la Iglesia Ortodoxa, fundada por el mismísimo Hijo del Dios, nuestro Señor Jesucristo, como pilar y fundamento de la verdad (1º Timoteo 3:15), y contra la cual, aun las puertas del infierno no prevalecerán (Mateo 16:18).

 

Nosotros damos testimonio sobre la imposibilidad de que la Iglesia de Dios pueda ser aniquilada, destruida, o dividida, porque Ella es al mismo tiempo, una institución divina y humana, el Cuerpo de Cristo, en cual todos nosotros, los fieles constituimos su Cuerpo, y la Cabeza de este Cuerpo de la Iglesia, es Cristo (Colosenses 1:18). Así, de la misma manera en que Cristo no puede estar dividido, del mismo modo es imposible que la Iglesia de Cristo esté dividida. La único posible es que aquéllos quienes no reconocen sus enseñanzas y mandamientos se aparten ellos mismos de la unidad del Cuerpo de la Iglesia.

 

En nuestro tiempo de apostasía universal, un tiempo muy penoso para la historia humana, lleno de escándalos y tentaciones, el enemigo de la raza humana, en su batalla incesante contra la Iglesia, ha levantado un enorme número de falsas enseñanzas para apartar del Cuerpo de la Iglesia de Cristo, a naciones enteras.

 

Nosotros confesamos nuestro apego a la enseñanza de la Santa Iglesia, y rechazamos todas las diversas falsas enseñanzas que desvirtúan su catecismo.

 

Por la autoridad del Espíritu Santo de Dios, y de acuerdo con la santa tradición de la Iglesia, condenamos al Sergianismo, es decir, al voluntario y servil auto sometimiento de la Iglesia al servicio de los poderes ateístas de este mundo, como una herejía blasfema.

 

También condenamos la introducción del nuevo calendario en la vida de la Iglesia Ortodoxa, porque lleva al cisma y allana el camino que lleva a la aceptación de la innovación moderna de la herejía del Ecumenismo.

 

Nuevamente, confirmamos y ratificamos el anatema pronunciado por la Iglesia Ortodoxa Rusa en el Extranjero contra la  herejía del Ecumenismo, y deseamos expresarnos, lo más claro posible, para declarar que nosotros no podemos tener comunión de ninguna clase con aquéllos quienes aceptan esta herejía:

 

A aquéllos que atacan la Iglesia de Cristo enseñando que la Iglesia de Cristo esta dividida en denominadas "ramas" que difieren en la doctrina y estilo de vida, o que la Iglesia no existe visiblemente, pero será formada en el futuro cuando todas las ramas o sectas, o denominaciones, e incluso las religiones se unirán en un solo cuerpo; y quién no distingue el sacerdocio y los misterios de la Iglesia, de aquéllos de los herejes, sino que afirma que el bautismo y eucaristía de los herejes son eficaces para la salvación; por consiguiente, a aquéllos que a sabiendas están en comunión con estos herejes mencionados o quién apoye, disemine, o defienda su nueva herejía, ecumenismo llamada comúnmente, bajo el pretexto de amor fraternal o la supuesta unificación de los Cristianos separados, ¡Anatema!

 

Con mucho pesar, debemos señalar, que en la actualidad, todas las históricas Iglesias Ortodoxas Locales, tal como son denominadas, se han infectado con la herejía del Ecumenismo, y se han separado de la Iglesia de Cristo. Como grafico ejemplo de lo dicho anteriormente, solo necesitamos recordar el denominado encuentro de oraciones conjuntas, cual tuvo lugar en Asís el 24 de enero de 2002, en el cual Católicos Romanos, toda clase de protestantes, musulmanes, y representantes toda religión imaginable fueron convocados por los Patriarcas de Constantinopla y Antioquia, así como también por otros obispos y representantes de todas las otras Iglesias “Ortodoxas”.

 

Ni podemos permitir ningún tipo de comunión con aquéllos denominados Cristianos Ortodoxos que confiesan la enseñanza impía del Metropolita griego Kyprianós de Oropos y Fili, es decir el cripto-ecumenismo, y con aquellos quienes tienen comunión con su “Sínodo en Resistencia.”

 

Tampoco podemos reconocer al Patriarcado de Moscú como una Iglesia Ortodoxa, porque fue creado por las autoridades ateas de la Unión Soviética, de un pequeño grupo de obispos liderado por Met. Sergio (Stragorodsky), y se infectó con la herejía de Ecumenismo, y nosotros damos testimonio de que el Patriarcado de Moscú rompió con la martirizada Iglesia de las Catacumbas de Rusia, y con la Iglesia Ortodoxa Rusa en el Extranjero, cooperó con las autoridades ateas, y tomó parte activa en la persecución de los Verdaderos Cristianos Ortodoxos.

 

El Muy Bienaventurado Metropolita Antony (Khrapovitsky), en una carta al Metropolita Sergio (Stragorodsky) en 1935, escribió:

 

“En cuanto a usted concierne, lo que separa a usted de nosotros es su deseo de proporcionarse una existencia segura para si mismo, ha intentado unir la luz con las tinieblas. Usted ha caído en tentación, la esencia de la cual se habla en el Santo Evangelio. Una vez, el Espíritu de Mal intentó tentar al mismísimo Hijo de Dios, incitándolo con una visión de fácil éxito material, con la condición que lo adorara a él, el Hijo de la Perdición. Usted no ha seguido el ejemplo de Cristo, los Santos Mártires y Confesores, quienes rechazaron tal compromiso, por el contrario, usted se ha postrado ante enemigo antiguo de nuestra salvación, cuando, con tal de obtener un beneficio ilusorio para mantener una organización aparente, usted anunció que las alegrías de las autoridades ateas eran vuestras propias alegrías, y que los enemigos de ellos eran vuestros propios enemigos. Usted incluso ha intentado desacreditar a los mártires y confesores de los últimos años (incluyendo a usted mismo, porque yo conozco que una vez usted también ha demostrado determinación y por ello, ha terminado en la cárcel), declarando que ellos soportaron encarcelamiento, destierro y tortura, no por causa de Cristo, sino porque eran contra-revolucionarios. Al comportarse así, usted ha blasfemado su memoria. Usted ha trivializado sus hazañas, y ha tirado agua fría sobre aquéllos que, quizás, podrían haberse unido al coro de los mártires por la Fe. Usted mismo se ha cortado de la flor y la ornamentación de la Iglesia Rusa. En esto, ni yo, ni mis compañeros en el extranjero, seguiremos jamás vuestro ejemplo”

 

Los seguidores del Metropolita Sergio, en la persona de los actuales miembros del Patriarcado de Moscú, no sólo se han negado a renunciar a los compromisos de su antecesor, sino por el contrario se han terminado atrincherando en ellos, y continúan sirviendo a los poderes de turno. Tampoco han renunciado a la traidora declaración de Metropolita Sergio, ni a sus actividades apostatas de las últimas décadas. Por el contrario, ellos justifican la unión adúltera de su iglesia con los ateos, incluso tratando de vincular a la Tradición de la Iglesia con esta.

 

Los obispos del Patriarcado de Moscú, en su esfuerzo por presentarse a si mismos como los legítimos herederos y sucesores de la Iglesia Ortodoxa Rusa mártir, han anunciado la canonización de los Nuevos Mártires y Confesante de Rusia. Esta falsa canonización demuestra el gran nivel de astucia e inmoralidad de los actuales jerarcas del Patriarcado de Moscú, porque ellos se contradicen a si mismos cuando declaran que ellos reconocen a aquellos mismos Nuevos Mártires y Confesores, a los cuales el Met. Sergio consideraba herejes, enemigos de la Iglesia, y abiertos apostatas de Dios Verdadero. Los defensores contemporáneos y perpetuadores de las fechorías de Met. Sergio sirven “moliebens” ante las santas reliquias de los mismos confesores a quienes el Met. Sergio declaró cismáticos sin Gracia Divina y criminales políticos, y a quienes entregó para castigo, intensificando las persecuciones de las autoridades ateas contra ellos. “¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque edificáis los sepulcros de los profetas, y adornáis los monumentos de los justos, y decís: Si hubiésemos vivido en los días de nuestros padres, no hubiéramos sido sus cómplices en la sangre de los profetas. Así que dais testimonio contra vosotros mismos, de que sois hijos de aquellos que mataron a los profetas. ¡Vosotros también llenad la medida de vuestros padres! (Mateo 23:29-33).

 

Guiados por la bendición de la Iglesia de Dios, unánimemente, nosotros ratificamos el rito eclesiástico tradicional, para recibir a aquéllos que desean unirse a la Iglesia Ortodoxa de entre el clero y fieles de las comunidades de la “Ortodoxia Mundial,” principalmente, del Patriarcado de Moscú.

 

Nosotros exhortamos a vosotros, los amados hijos de la Iglesia Ortodoxa Rusa (Autónoma), a permanecer fieles a las enseñanzas de la Santa Iglesia Ortodoxa, no teniendo nada que ver con las iglesias apostatas de la “Ortodoxia Mundial". “Mirad entonces, que andáis por camino conscupicente” (Efesios 5:15), hijos de la Iglesia de Dios, para que no os engañéis, ni me os apartéis del verdadero camino, en este tiempo malo. “He aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.” (Mateo 28:20), como nuestro Señor y Salvador Jesucristo dijo a sus verdaderos discípulos.

 

El Señor Dios nos ha prohibido caer en desesperación, y nos ha llamado siempre a velar por nuestra propia salvación, para que el enemigo malo no robe nuestro tesoro y nos privemos de alcanzar nuestra patria celestial. A pesar del hecho que “han desaparecido los justos de entre los hombres” (Salmo 11:1), y que hoy, el número de los fieles, quienes permanecer firmemente en la verdad, es pequeño; regocijémonos por estar firmemente en el camino de la confesión de la verdadera Ortodoxia- la salvífica enseña de los Santos Padres y de los Santos Concilios. Todo lo que necesitamos hacer es “permanecer hasta el fin” (Mat. 24: 13). Porque, según las palabras de San Nicéforo, Patriarca de Constantinopla, “aun cuando sólo un número pequeño de personas permaneciera en la Ortodoxia y en la piedad, entonces incluso ellos serán la Iglesia, y el poder y autoridad de los decretos de la Iglesia se mantendrán vivo en ellos, aun cuando ellos tengan que soportar la persecución por la Fe, cual sólo servirá para su gloria eterna y la salvación de sus almas. (1 Apología en la defensa de los Santos Iconos, 6).

 

Nuestra posición es irreconciliable con la apostasía de nuestros días. Hay también otras jurisdicciones de la Verdadera Iglesia Ortodoxa que están intentando conservar inexpugnable su propia confesión ortodoxa. Hay también otros quienes, todavía, están fuera de la Iglesia Ortodoxa, quienes deben abrir sus corazones al llamado que Él hace por su Misericordia, y a su tiempo, ellos se unirán a la verdadera Santa Ortodoxia. Éstos “siete mil” serán su sostén en los venideros últimos tiempos.

 

Las falsas iglesias ortodoxas, extendiendo sus manos a los poderes de las tinieblas, caminan rápidamente por el sendero de la autodestrucción y la degeneración, creyendo ciegamente que el solo el “nombre de Jesús” los salvará incluso en su apostasía y blasfemia, y de esta manera, continúan inadvirtiendo las temibles palabras de nuestro Señor (Mateo 7: 22-23). Cristianos que han perdido la sal de la Cristiandad, y Ortodoxos quiénes no saben absolutamente nada de lo que es ser realmente Ortodoxo, guiados por sentimientos engañosos al abismo de la falsa espiritualidad, no pueden distinguir la verdadera Fe de la falsa, o a Cristo del anticristo.

 

Nuestra tarea debe continuar siendo el predicamento de la verdad. Recordemos que la parte que les toca a los “cobardes e incredulos” es el ardiente Gehena (Apocalipsis 21:8) Por su tibieza, el Señor los privará de su radiante compañía.

 

Asumámonos cada uno de nosotros como un guerrero de Cristo. Que cada uno de nosotros ayude al prójimo, se fortalezca en espíritu, aliente en esperaza y oremos los unos por los otros. Que los Padres de la Iglesia sean nuestros líderes y faros en este rumbo, así como también el ejército de Nuevos Mártires de la Iglesia Rusa, los celosos defensores de la Verdadera Ortodoxia, San Juan de Shangai y San Philaret de Nueva York.

 

Que Nuestro Señor y Dios Jesucristo nos ayude a todos nosotros a adquirir el espíritu de la verdad, y nos guarde del camino que lleva a la perdición. Amén.

 

28 de Enero/ 10 de Febrero de 2008

 

Santos Nuevos Mártires y Confesores de Rusia.

Suzdal, Rusia

 

+Metropolita Valentin

+Arzobispo Feodor

+Arzobispo Seraphim

+Arzobispo Ilarion

+Obispo Timofey

+Obispo Irinarkh

+Obispo Andrei

+Obispo Iakov

+Obispo Amvrosy